Consagración a la Sma. Trinidad por María
(Resumen de la versión original: Retiro de Consagración a la Sma. Trinidad por María-Comunión María Reina de la Paz)

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Durante todo el día intentaremos vivir la consagración propuesta de la mano de María, meditando cómo la vivía ella ese aspecto particular, dejando que ella nos guíe para ponernos al servicio de Dios por su intermedio. Realizar a lo largo de la jornada actos concretos de amor y servicio tendientes a consolidar el aspecto consagrado. Es muy importante iniciar el retiro con una buena confesión para que la gracia pueda actuar más poderosamente, muy recomendable la misa diaria o de no ser posible una comunión espiritual, un tiempo de adoración al Santísimo, la lectura de la Biblia, el rezo del rosario con el corazón. El ayuno dos veces por semana como lo pide la Virgen en Medjugorje es también altamente beneficioso.

Esto es simplemente una guía para ir abriéndonos cada vez más a la acción poderosa de María en nuestro ser. Las siguientes oraciones están extraídas del libro de Retiro de Consagración a la Sma. Trinidad por María. En él encontrarán además un mensaje de la Reina de la Paz para cada día y meditaciones que les ayudarán a profundizar en el aspecto diario a consagrar.

 

Consagración a María - Primera Semana: ESPOSA DE JOSÉ. Una semana en Nazaret

Ponerse en presencia del Señor, invocar al Espíritu Santo, rezar el Credo y el Rosario por las intenciones de la Virgen.

Día Primero: La subida a NazaretAbandonamos el espíritu del mundo y consagramos nuestros  bienes materiales

 

María, tu que has proclamado que Dios devuelve a los ricos con las manos vacías, quiero decirte que sobre la tierra el único tesoro que anhelo es tu hijo, el fruto de tus entrañas, para que donde esté mi tesoro, tu tesoro, también esté mi corazón. Te consagro mis bienes, todas mis posesiones materiales, dispón de ellas ante el advenimiento del Reino. Tu que nos has dado el Pan de Vida, recibe el fruto de mi trabajo, para que sea compartido y multiplicado. La palabra de tu Hijo que nos ha dicho que nadie puede servir a dos señores al mismo tiempo, esta palabra me sobrecoge y te confieso que solo deseo servir al único Señor que es Dios y a su humilde sierva que es mi Reina. María, te consagro mi trabajo, el fruto de mis esfuerzos físicos e intelectuales, pongo a tu disposición mis bienes materiales, dispón de ellos según tu agrado.

Salmo 113 (112) - María, Reina de la Paz, ruega por nosotros y por el mundo (3 veces)

 

Día Segundo: Para entrar a la casa de la Sagrada FamiliaConsagramos nuestros sentidos

 

Virgen María, de quien Jesús tomó carne y cuerpo, te consagro todos mis sentidos para que alejados de sus burdos disfrutes, ellos me sirvan para gustar el verdadero sabor de la cosas bellas y buenas que el Creador nos ha destinado, para conocer la alegría de reinar en la creación, según la sabiduría de Dios. Porque así como el Hijo del Hombre vino al mundo, comía y bebía; yo quiero, como él, que todas mis facultades concurran a una mayor vivencia de la caridad. María, te consagro mis cinco sentidos, purifícalos, para que ellos sean capaces de regocijarse de la vida y percibir, poco a poco, las realidades de los bienes futuros.

Salmo 122 (121) - María, Reina de la Paz, ruega por nosotros y por el mundo (3 veces)

 

Día Tercero: Pobreza en el Espíritu - Consagramos nuestros bienes interiores.

 

María elegida de Dios, pobre pequeñita, despojada de toda mirada sobre ti misma y rica en esperanza de los bienes del Reino: te consagro mi inteligencia, mis pensamientos, sobre todo, aquellos que me parecen los más elevados y los mas bellos; pues ningún pensamiento puede concebir el reino que Dios engendra en los pobres, primero en ti, Obra Maestra de la creación.

Te consagro todo don, todo bien espiritual para que nunca pueda considerarme como el autor; que pueda gritar contigo que Dios exalta a los pobres y resiste a los orgullosos. María, tómame en tu escuela de dulzura y humildad de corazón.

Salmo 113 (112) - María, Reina de la Paz, ruega por nosotros y por el mundo (3 veces)

 

Día Cuarto: Dulzura y deseo de vida en comúnConsagramos nuestras relaciones humanas

 

Dulcísima Virgen María, Madre de Misericordia, tú que sin cesar perdonas a los hombres sus ofensas y su rechazo al Dios del Amor. Ruega para que en mi corazón no brote ninguna raíz de amargura o de resentimiento. Te consagro todas mis relaciones humanas, para que ellas lleguen a ser motivo de manifestación de la dulzura de Cristo. Te consagro mis relaciones afectivas, para que busque siempre más dar que recibir; persiga el interés del otro y aquel de Dios antes que el mío. Te consagro toda relación familiar, para que buscando solo el crecimiento en el amor, ponga la unión y la ternura, allí donde haya dureza y discordia.

Salmo 133 (132) - María, Reina de la Paz, ruega por nosotros y por el mundo (3 veces)

 

Día Quinto:  Entrar en la cámara nupcial Consagramos nuestra alma

 

Oh María, Jardín secreto donde el Verbo ha crecido en silencio, te abro las puertas del santuario de mi alma, ese lugar oculto de mi espíritu que solo visita el Espiritu del Dios Vivo, la cámara nupcial de la que solo el Esposo posee la llave. Manantial sellado cuya agua está reservada a los que aceptan vivir el misterio de la transformación del bautismal en sangre de martirio. Ven como reina a mi cámara real y adórnala con tu amor infinito, Oh hija de Jerusalén. Te consagro ese lugar tan profundo que solo he presentido y que no conoceré plenamente más que en la luz de tu presencia.

Salmo 85 (84) - María, Reina de la Paz, ruega por nosotros y por el mundo (3 veces)

 

Día Sexto: Amor de CaridadConsagramos nuestras relaciones afectivas y espirituales

 

Oh Corazón de María, en el que ha latido el Corazón de Dios, le diste a José la plenitud de la bienaventuranza de los corazones puros. El, que a través de tu Corazón, de tu seno y  de tus manos, pudo ver a Dios; tocarlo, cubrirlo de besos y recibir de él el más tierno de los amores, el más humano y el más divino. Oh María, cuyo corazón Inmaculado veía al Padre Eterno, comunicaste a José el don de la paternidad verdadera y le diste un Hijo para ejercerla. Esposa de José, Madre de Dios, te consagro mi corazón y todos sus movimientos, te consagro todos mis afectos humanos y espirituales, para que compartiendo conmigo los privilegios que son debidos por tu concepción inmaculada, divinices todas mis relaciones.

Himno a la caridad. 1 Cor 13, 1-8 - María, Reina de la Paz, ruega por nosotros y por el mundo (3 veces)

 

Día Séptimo: Atracción de la Cruz y muerte de amorConsagramos nuestro corazón por el mundo

 

María, Madre de Cristo, por la muerte del Mesías sufriente, que por su muerte ha vencido la muerte, ruega por mi ahora y a la hora de mi muerte, para que ella sea una muerte de amor, una consumación total de mi vida, en la que día tras día muera de amor por el mundo que rehúsa vivir de amor. María, tu que morías por no poder morir con tu Hijo y que fuiste traspasada por la espada, te consagro mi cuerpo y mi corazón para que en el cuerpo de Cristo yo sea ese corazón que infinitamente muere e infinitamente vive triturado, pero dando amor en lugar de odio, dulzura en lugar de amargura, bendición en lugar de injuria.

Salmo 116 (114.115) - María, Reina de la Paz, ruega por nosotros y por el mundo (3 veces)

 

Consagración a María - Segunda Semana: ESPOSA DEL PADRE. Una Semana en el seno del Padre.

Ponerse en presencia del Señor, invocar al Espíritu Santo, rezar el Credo y el Rosario por las intenciones de la Virgen

Día Primero: La Unión del Padre y de María – Consagramos nuestros orígenes

 

María, tú que vives en el pensamiento del Padre, María, esposa de los designios del Padre, recuérdame en el calor de tu presencia maternal, que he sido creado con sabiduría y por amor, para que pueda decir, lleno de reconocimiento hacia el Padre, tan infinitamente bueno: “Te doy gracias, Señor, por la maravilla que soy.” María, visita el instante de mi concepción, te lo consagro. Te consagro a mi padre y mi madre de la tierra, te consagro  su unión, te consagro todas las uniones de la tierra para que a imagen de Dios, el hombre de la vida con sabiduría y por amor.

Salmo 127 (126) - María, Reina de la Paz, ruega por nosotros y por el mundo (3 veces)

Día Segundo: Esposa de los designios de Dios – Consagramos a los inocentes

 

María, Madre de Misericordia. Es ella la pequeña esposa del Padre de las misericordias, las entrañas del Padre; la del amor maternal por el Hijo y la multitud de sus hermanos. María, cuyo corazón fue traspasado por la maldad de los hombres, cuando Herodes se enteró del designio de Dios para con su pueblo. A ti, María, te consagro el son de todas las madres de la tierra. María, nueva Eva, María, la viviente y Madre de la Vida, te consagro todos los embriones del mundo y muy especialmente aquellos que vendrán al mundo en las circunstancias más abyectas, aquellos cuya vida ha sido arrancada antes que el misterio de la vida creciera en ellos. Te consagro todas las almas inocentes, cuyos cuerpos han sido masacrados en el seno de sus madres.

Salmo 147 (146-147) - María, Reina de la Paz, ruega por nosotros y por el mundo (3 veces)

Día tercero: Reina del Universo – Consagramos a todos los que ejercen un poder

 

María, tú que en el seno del Padre asistías a la creación de los ejércitos celestiales y a la creación del mundo y veías que todo lo que hacía era bueno y hermoso; te consagro todo lo que ha sido creado esperando la restauración final de todas las cosas. María, Reina Inmaculada del universo, triunfa y reina en mi corazón y en el mundo; triunfa sobre todos los poderes de los aires, sobre los tronos y dominaciones; sobre las esferas angélicas. Madre de Aquel que nos ha mostrado el rostro del Padre, Rey de reyes, Rey pobre y mendigo de nuestro amor, te consagro a todos aquellos que ejercen algún poder en la Iglesia, a todos aquellos que reinan en tu nombre o para su propia gloria, para que se sometan al mandamiento de Jesús y se hagan servidores de todos.

Proverbios 8, 22-31 - María, Reina de la Paz, ruega por nosotros y por el mundo (3 veces)

Día cuarto: La esposa que revela al Padre Eterno – Consagramos nuestra intimidad con Dios

 

María, esposa del Espíritu, en quien el Verbo se encarnó; en ti, el Padre continúa engendrando al Hijo. La única actividad del Padre es este engendramiento de amor, y de cuyo amor común con el Espíritu, desborda la obra de la creación. Oh María, te consagro todo lo que en mí aspira a la unión con Dios; te consagro todo lo que en mí anhela el noviazgo y el matrimonio con mi Creador y mi Dios. Sólo en ti mi cuerpo encontrará la castidad perfecta que requiere una tal intimidad; sólo en ti mi alma y mi espíritu serán virginizados por el abrazo divino, sólo en ti mi abandono será total y nunca más tendré miedo de tomar, en lo más íntimo de mí mismo, a la esposa sin mancha, del Esposo de fuego. Sólo en ti, zarza ardiente, no temeré el ser consumido por los besos de su boca.

Eclesiástico 24, 9-22 - María, Reina de la Paz, ruega por nosotros y por el mundo (3 veces)

Día quinto: Inmaculada Concepción – Consagramos nuestras capacidades de amar

 

María, ¡pecador me concibió mi madre! ¿Puede un hombre volver al vientre de su madre para nacer de nuevo? En tu seno, María, me consagro todo entero desde el instante de mi concepción hasta este día, para que el hombre nuevo, concebido por el bautismo, pueda crecer en el calor de tu amor inmaculado. Puesto que n ti, María, todas las leyes de la naturaleza han sido renovadas, quiero permanecer en ti, para que la nueva ley actúe en mis miembros y que el amor virginal me impulse a practicar el bien que quiero hacer y rechazar el mal que no quiero hacer. Cuanto más horrible es el pecado, tanto más bella eres tú María, y nuestro Rey se ha prendado de tu belleza. Me consagro a ti sin reservas, Madre del Amor hermoso, espejo de angélica pureza, para que mi alma renovada agrade a Dios Padre, Hijo y Espíritu Santo.

Sabiduría 7, 22-30 – 8,1 - María, Reina de la Paz, ruega por nosotros y por el mundo (3 veces)

Día sexto: Infancia de María – Consagración al espíritu de infancia

 

Oh María, me consagro a tu infancia. En ella, acojo la mirada maravillada del Padre y todo su amor, su inocente amor, su fe en una niña pequeñita que concentra en sí misma toda la esperanza del mundo. En ti me consagro al insospechable amor del Padre. En ti, María, me consagro a la esperanza, para comunicar la deslumbrante felicidad en la familia de Dios. Oh María, me consagro a tu infancia en la que encuentro el valor de tomarte en mis brazos, de ponerte en mi corazón, llegando a ser así el más íntimo de la Reina de los Cielos.

Salmo 8 - María, Reina de la Paz, ruega por nosotros y por el mundo (3 veces)

Día séptimo:  María consagrada en el Templo - Consagración de nuestros compromisos ante Dios (confirmación, matrimonio, orden sagrado, votos)

¡Oh María!, tú que vas a llevar el Templo en tu seno, vienes al templo a consagrar tu virginidad para preservarte, para que, como hija de David, des a Dios una morada más vasta que el mundo. Concédeme el comprender la inmensa fecundidad de un amor que se da enteramente. Concédeme el poder entrar al Templo del cuerpo de tu Hijo, que es la Iglesia, y consagrarme a él, haciendo de mi vida una consagración siempre renovada y cada vez más grande en el amor. María me consagro en tu castidad, oh espejo de angélica pureza. Me consagro en tu pobreza, a ti, que colmada por Dios en el orden de la naturaleza y en el de la gracia, te ofreces incondicionalmente, no reteniendo nada para ti, ni siquiera una mirada. Me consagro en tu obediencia, a ti, que te sometiste a la ley de nuestros Padres para conformarte totalmente a la voluntad del Padre.

Salmo 48 (47) - María, Reina de la Paz, ruega por nosotros y por el mundo (3 veces)

 

 

Consagración a María – Tercera semana: ESPOSA DEL HIJO. Una Semana en el Corazón de Jesús.

Ponerse en presencia del Señor, invocar al Espíritu Santo, rezar el Credo y el Rosario por las intenciones de la Virgen

Primer día: Unión con la humanidad de CristoConsagramos nuestras acciones

 

Oh María, tu Hijo tomó carne de tu carne para que cesasen las ofrendas de animales, y que el hombre, convertido por el bautismo en hombre perfecto, sin mancha ni defecto, se ofrezca él mismo como una ofrenda y un sacrificio de buen olor. María, tu que en tus manos has tenido la primer hostia del mundo y no te has hecho sino una sola carne con ella, te consagro mi humanidad y la humanidad toda entera, para que ella llegue a ser una nación santa, un sacerdocio real.

Concédeme por esta consagración santificar, a través de mis pensamientos y mis acciones, el templo de mi cuerpo, para que la Trinidad venga a él y more en él como moraba en ti, jamás entristecida por el pecado, los malos pensamientos, la pereza y los actos indignos de un hijo de Dios.

 

Salmo 1 – María, Reina de la Paz, ruega por nosotros y por el mundo (3 veces)

DÍA SEGUNDO: Madre del Verbo – Consagramos nuestros pensamientos y nuestras palabras.

 

María, Madre del Verbo, te consagro mi corazón intelectual y espiritual, ese lugar donde pueden nacer tanto los malos pensamientos que mancillan al hombre, como las palabras que consuelan y edifican. María, que el tesoro de mi corazón solo salgan cosas buenas, así como salió de tu Corazón el Tesoro que vino para enriquecer al mundo entero. Oh Madre del Verbo, presérvame de la vana habladuría, que mi palabra sea oración, que de mi palabra nazca el Verbo en los corazones.

María, te consagro mi lengua. Tú que eres la boca silenciosa de los apóstoles, vigila la puerta de mis labios y coloca un angelical centinela a mi boca, y sobre todo, haz nacer en mí al Verbo, para que mi corazón desborde de palabras bellas.

 

Salmo: Prólogo Jn. 1,1-18- María, Reina de la Paz, ruega por nosotros y por el mundo (3 veces)

 

DÍA TERCERO: Hallazgo de Jesús en el Templo- Consagramos a María nuestras ausencias sensibles de Dios y nuestras sequedades.

 

Oh Virgen, te consagro todos los momentos en que pierdo a dios de una manera visible, sensible; en los cuales el sacrificio de tu Hijo me resulta extraño. Me consagro en tu fe y tu esperanza, para que no tropiece y no me detenga en el camino. Te consagro mis sequedades, mis noches espirituales, los momentos en los cuales ya no sé discernir el Cuerpo de tu Hijo, ni en los Sacramentos, ni en mis hermanos y muy particularmente en los m{as pobres.-

 

Salmo 22 (21)- María, Reina de la Paz, ruega por nosotros y por  el mundo ( 3 veces)

 

DÍA CUARTO: Corredención, Esposo de Sangre- Consagramos nuestros sufrimientos.

 

¡Oh María, de pie, al pie de la cruz, te consagro todo sufrimiento, oh Madre de dolores. Sabiendo que ningún ser en el mundo ha sufrido, sufre o sufrirá tanto como tú, y viéndote bañada en lágrimas y llena de dulzura, no abatida, sino de pie, atraes a tu Corazón todos los sufrimientos de este mundo, para unirlos al Corazón de Jesús y hacer de ellos una ofrenda, una Eucaristía continua.

Madre de los siete dolores, Corazón traspasado de María, el Corazón de Jesús ha muerto por nosotros y ya no siente ningún dolor en la cruz. En tu Corazón se opera el sufrimiento redentor. En esta pasión que durará hasta el fin del mundo, tu eres la compasión, también te ofrezco todos los sufrimientos que no son ofrecidos. Oh Madre, que éstos no se pierdan, sino que sirvan para la redención de los cuerpos y de las almas; oh María, mediadora y redentora por la voluntad de amor de tu Hijo.-

 

 

Salmo: Magnificat (Lc. 1,46-55) – María, Reina de la Paz, ruega por nosotros y por el mundo(3veces)

DÍA QUINTO: La Soledad de María- Consagramos nuestra soledad.

María, Madre del Amor Hermoso, te consagro todo sentimiento de soledad en mí, te consagro todo deseo humano de romper con la soledad. Como está escrito: no es bueno que el hombre esté solo, también está dicho que Dios formó del costado del hombre una ayuda semejante a él. María, del costado del nuevo Adán, mientras el Hijo del hombre se dormía sobre la cruz, por el golpe de la lanza, ha nacido del agua, la sangre y el fuego de tu corazón, la nueva Eva que es la Iglesia.-

María, consigue para mí el amor a la soledad, pues, en ella solamente, a solas con el Solo, se anula la soledad profunda y el hombre encuentra a su Dios. María, te consagro a todos aquellos que sufren de soledad física y soledad sicológica; que ellos te encuentren, oh Madre, oh hermana, oh amiga, oh bienamada de nuestros corazones.-

Salmo 27 (26)- María, Reina de la Paz, ruega por nosotros y por el mundo (3 veces9

DÍA SEXTO: Los desposorios con el Verbo con el doble traspasamiento – Renovación de las promesas del Bautismo.-

Oh Madre, Dios ha renovado por ti todas las leyes de la creación, puesto que tú eres Madre de Dios y llevas en tu seno a Aquél que nada puede contener. Desde su concepción la cruz está inscrita en tus entrañas y por estas bodas de sangre la divinidad desposa a la humanidad. En ti se reconcilian los contrarios, el fuego infinitamente ardiente del cual ha salido el mundo ha descendido a las aguas de la maternidad.-

Oh María, tu que has permanecido virgen después del parto eres el signo permanente de que la divinidad puede desposar la carne del hombre. Te consagro todo lo que en el mundo es núbil y carente de unión. Te consagro mi ser para que sea el lugar donde se renueve el misterio de las bodas de sangre, de agua y de fuego. Tu Esposo es el Creador, y es tu Hijo y tu Esposo para siempre.-

Salmo: Cántico, Ap. 19- María Reina de la Paz, ruega por nosotros y por el mundo (3 veces).-

DÍA SÉPTIMO: La Realeza del Corazón de Jesús por el reino del Corazón de María- Consagramos todo el amor del mundo.-

María, ya que el amor cubre una multitud de pecados, tu amor infinito por los hijos que el Padre te ha dado, nos cubre hasta las profundidades de nuestro ser pecador.

Oh causa de nuestra alegría, no estando ya ocupados en las obras del pecado ni paralizados por el remordimiento de Adán, tú nos entregas enteramente a la ocupación del amor, al dulce entretenimiento de tu jardín secreto. Que venga el reino de amor del Corazón dulce y humilde de Jesús, por nuestra unión con el tuyo, y que tu reino de amor venga por la unión de todos los corazones entre sí.

María, Reina de nuestros corazones, Señora nuestra, reina en nuestros corazones.

Te consagro todo lo que en el mundo es capaz de amor, aunque no sea más que una ínfima gotita, para que hagas con ella un jardín de delicias que destierre para siempre la amargura que ha saturado el Corazón de tu Hijo.-

Salmo 63 (62)- María, Reina de la Paz, ruega por nosotros y por el mundo (3 veces)

 

Consagración a María – Cuarta Semana ESPOSA DEL ESPÍRITU Una semana a la sombra del Espíritu

 

Ponerse en presencia del Señor, invocar el Espíritu Santo, rezar el Credo y el Rosario por las intenciones de la Virgen.-

 

DÍA PRIMERO: Anunciación, el abrazo del Espíritu- Consagramos nuestros actos de adhesión al Espíritu.-

 

Oh María, amada por el Padre antes de todos los siglos, concédeme esperar el abrazo del Espíritu para vivir en plenitud y morir como Moisés en un beso de dios. Me consagro a ti, que me enseñas el abandono al amor crucificante, a la luz que ciega para que podamos, después de haber visto la faz de Dios, seguir viviendo. Introdúceme en el intenso silencio de la nube que cubre para revelar mejor.

Oh María, que concibes a Dios en el abrazo de fuego. María, paloma acurrucada en la hondura de la roca, me consagro a tu silencio, a todo lo que en ti sea capaz de desposar a Dios.

Oh María, al pie de la cruz, me consagro a tu compasivo amor, para que el serafín que tiene la cruz, traspase mi corazón y mis miembros y que por ti, esposa del Espíritu, yo sea todo de Jesús.

 

Salmo 40 (39)- María, Reina de la Paz, ruega por nosotros y por el mundo (3 veces)

 

DÍA SEGUNDO: Peregrinaje de la fe- Consagramos nuestras virtudes teologales.-

 

Oh María, tú que has visto a Dios, tú que lo has llevado en tu seno, tú que has tocado y has gustado al Verbo de Vida, tú permaneciste sola para llevar en tus brazos a un Dios muerto, tú permaneciste sola para concentrar toda la fe del mundo, en la noche terrible en que tu Hijo descendió a los infiernos. Madre de todas las noches de la fe, me consagro a tu corazón que ha creído tanto como ha amado . Concédeme el evocar y conservar todas tus palabras y todas tus promesas en mi corazón, para que por la fe se realice de una manera tangible aquello que todavía no es visible a nuestros ojos de carne: tu presencia entre nosotros, la venida de tu Hijo en gloria y el restablecimiento de todas las cosas.

Como solo tú creíste por el mundo entero aquello que prometían las Escrituras y las palabras del ángel, concédeme el creer por todos aquellos que no creen en tu misión de estos últimos tiempos. Me consagro en tu fe, en tu esperanza, en tu caridad y en todas las virtudes que el Espíritu ha impreso en tu alma desde tu concepción.-

 

1 Sam.2, 1-10- María, Reina de la Paz, ruega por nosotros y por el mundo (3 veces)

 

DÍA TERCERO: María, seno donde se renace del Espíritu- Consagramos nuestros carismas y dones del Espíritu.-

 

María, belleza perfecta, bella fuera de la belleza del más bello de los hijos de los hombres. María, formada en el seno de Ana por el amor, el más perfecto amor. María, paloma mía, mi perfecta, en la que no hay mancha, ni egoísmo ninguno, ni retorno alguno sobre sí misma. María, bella por dentro porque fuiste conformada a la Sabiduría que se hizo un trono de tu Corazón, de tus entrañas, de toda tu alma de Madre; oh belleza, te he encontrado y no te dejaré hasta que tú me encierres de tal manera en ti, que nazca a la perfección, a la forma perfecta de Cristo.

Por el abrazo del Espíritu a la esposa del Espíritu, que se imprima en mí de una manera definitiva la semejanza perfecta, y que todos los carismas y los dones del Padre de los pobres me devuelvan la semejanza primera hasta los desposorios.-

 

Salmo 84 (83)- María, Reina de la Paz, ruega por nosotros y por el mundo (3 veces)

 

DÍA CUARTO: María Consoladora, esposa del Consolador.-Consagración a la Consoladora de los afligidos.-

 

María, Madre de todos los dolores, pues tú los has conocido todos,  tu alma estaba muy unida a aquella de tu Hijo, cuando lloraba por Lázaro, cuya carne ya estaba corrompida a causa de la aflicción de Adán . María, tú que te afligías con todas las hijas de Jerusalén por el templo y por los hijos de tu pueblo. María, tú que vertías de tu corazón lágrimas de sangre a la hora de la agonía, tú vertías también lágrimas de fuego del Espíritu durante el primer Pentecostés y conociste la plenitud de la consolación, me consagro a tu Corazón Inmaculado, irradiando la dulce luz de todas las consolaciones del Espíritu. Oh Consoladora, esposa del Consolador, me consagro a tu infinita ternura. Oh abogada mía, la que me defiende de todas las acusaciones del demonio, justificadas por la multitud de mis pecados; oh Madre, cuyo amor concede siempre razón a sus hijos, me consagro a tu tiernísimo Corazón para llegar a ser otro consolador, un hijo tan semejante como su Madre.-

 

Sal 46 (45)- María, Reina de la Paz, ruega por nosotros y por el mundo (3 veces)

 

DÍA QUINTO: Mediación Universal- Consagración a la Mediación de María.-

 

Oh María, en el momento en que la justicia divina estaba toda absorbida por el más maternal de los amores, Dios te confió todo el orden de su misericordia y el único Mediador ha querida hacer de ti la suprema dispensadora de todas las gracias, para que su Cuerpo místico viva del amor del Esposo por la esposa.

María, me consagro a ti para que mi corazón y mis pensamientos sean transparencia pura en tu mediación y que yo reciba a Dios todo, a través de ti, que eres toda de él. Me hago todo tuyo, para que yo también llegue a ser mediador de la mediadora, que todo en mí hable de ti y te honre, diga de tu belleza y de la belleza de Dios que te concibió tan admirablemente.-

 

Jdt. 13, 18-20- María, Reina de la Paz, ruega por nosotros y por el mundo (3 veces)

 

DÍA SEXTO: He aquí a tu Madre. Acoge a María y ella te acogerá. Consagración de todo aquello que en nosotros todavía no ha sido consagrado.-

 

María, te consagro todo lo que aún no te ha sido consagrado, aquello que todavía no he sabido darte, tómalo, te lo suplico Madre mía, paloma mía, amiga mía, mi toda bella. Lo que ignoro en mí y que todavía te teme, tócalo, purifícalo, invádelo. Quiero llevarte conmigo, en la más profunda intimidad de mi ser. Penetra en el aposento nupcial de mi alma, ese lugar que no puedo visitar sin ti. Esposa de Dios, despósame. Mi toda pura, prepara en lo secreto de mi noche el baldaquín de bodas para las que el altísimo me creó. Cúbreme de ti como el Espíritu te cubrió con su sombra.

 

Isaías 27, 2-5.María, Reina de la Paz, ruega por nosotros y por el mundo (3 veces)

 

DÍA SÉPTIMO: Pentecostés de Amor- Nos consagramos a la milicia de la Inmaculada.-

 

María, tu eres un ejército alineado en orden de batalla cuya única arma ofensiva  es el amor de misericordia, tu sólo escudo es tu pureza inalterable. Oh Virgen María, yo quiero comprometerme en cuerpo y alma en ese ejército que levantas para librar el último combate contra la bestia devoradora de los hijos de los hombres. Tú estás de pie en medio de tus pobrecitos que son los apóstoles de los últimos tiempos, en un cenáculo vasto como el mundo, y yo expongo mi ser todo entero a las llamas del amor divino en el gran Pentecostés de amor prometido a la humanidad y que está a punto de ser engullido por el diluvio de fuego.-

            Ap. 4,5-María, Reina de la >Paz, ruego por nosotros y por el mundo (3 veces).-

 


Consagración a María
– Quinta Semana ESPOSA DE LA TRINIDAD

 

Ponerse en presencia del Señor, invocar al Espíritu Santo, rezar el Credo y el Rosario por las intenciones de la Virgen.-

 

DÍA PRIMERO: La Coronación de la Virgen – María en el seno de la Trinidad.-                                                                                                                      

 

Oh María, que vives en el pensamiento del Padre,

Oh María, que vives en el Cuerpo de Cristo,

Oh María, que vives en las lágrimas del Espíritu.

 

Oh Madre de todos los vivientes,

en el Corazón de la Santísima Trinidad

yo me consagro a ti.

 

Oh María, que vives en el seno del Padre

Oh María, que vives en el Corazón del Hijo,

Oh María, que vives en la efusión del Espíritu.

 

Oh Madre de todos los vivientes,

En el Corazón de la Santísima Trinidad,

Yo me consagro a ti.

 

Oh María, coronada por la ternura del Padre,

Oh María, coronada por la mano traspasada del Hijo,

Oh María, coronada por el ardor del Espíritu Santo.

 

Oh Madre de todos los vivientes,

En el Corazón de la Santísima trinidad,

Yo me consagro a ti.

 

Salmo 45 (44). María, Reina de la Paz, ruega por nosotros y por el mundo ( 3 veces)

 

DÍA SEGUNDO: María, Reina de los corazones. Consagración a María Reina.

 

Oh María, consagrándome a ti, me entrego al amor, a su caricia en la brisa del Espíritu, pero también a su fuego devorador; me entrego a todos los misterios de la redención del mundo, me entrego al amor incondicional del Padre por el mundo, al crucificante amor del Hijo, al consumidor amor del Espíritu; me entrego a los siete dolores de tu Corazón y a sus siete gozos, me entrego a todo lo que tu amor espera de mí. Oh María, te hago don de mi corazón para que lo unas al tuyo, al de tu Hijo, al del Padre, para que lo unas a los corazones que están en el tuyo. Dispón de mi corazón, oh Reina mía, para no rehusarte nada, para no rehusar nada al amor que lo cree todo, lo espera todo, lo soporta todo.

 

Salmo 23 (22) María, Reina de la Paz, ruega por nosotros y por el mundo (3 veces)

 

DÍA TERCERO: María, Reina de la Unidad – Consagración por la unidad de la Iglesia.

 

Adán y Eva en el paraíso, reinaban sobre la creación en una perfecta unidad y en armonía. María, tu eres la nueva Eva y tu Hijo amado el nuevo Adán; por la unión de vuestros Corazones en la alegría, el sufrimiento, y la gloria, vosotros reináis en la armonía de la nueva creación que es la Iglesia, inmaculada en su misterio, nacida del Costado abierto de Jesús y del infinito dolor de tu Corazón. Oh María yo quiero decir con Teresa:” en el corazón de mi madre, la Iglesia, yo seré el amor”.

Me consagro totalmente a ti, Madre perfecta de un cuerpo perfecto, para que la Iglesia aparezca sin mancha ni arruga el día de la venida del Esposo: María, Madre de la Iglesia, Madre de la unidad de todos los miembros.-

 

Salmo: Oración Sacerdotal Jn. 17, 1-3, 17-26 – María, Reina de la Paz, ruega por nosotros y por el mundo (3 veces)

 

DÍA CUARTO: María, Reina de la Paz- Consagración a María, Reina de la Paz.

 

María, Flor de Galilea, Hija de David, tu eres el templo que tu padre no pudo construir a pesar del ingenio del profeta Natán: “El Señor está contigo”. Tu eres el velo del templo y el lugar sagrado, el arca y la puerta que conduce al corazón del santuario. Tu eres Jerusalén la ciudad Santa, cuyos miembros forman un cuerpo, “Ciudad que ve la paz”, esposa del Mesías Príncipe de la paz, tu eres la Reina de la paz y tu nos das a Aquél que da la paz no como el mundo la da sino como sólo Dios puede establecerla.

¡Oh María!, me consagro totalmente a ti para ser un artesano de paz, artesano de la presencia divina que salva y restablece la alianza del hombre con el mundo, del hombre con Dios.

 

Salmo 72 (71)- María, Reina de la Paz, ruega por nosotros y por el mundo.(3 veces)

 

DÍA QUINTO: María, Madre de la Iglesia – Consagración de todos nuestro ser.

 

Te elijo hoy, oh María,

en presencia de toda la corte celestial

por Madre y Reina mía.

Te entrego y te consagro

con toda sumisión y amor

mi cuerpo y mi alma,

mis bienes interiores y exteriores,

y hasta el valor de mis buenas acciones

pasadas, presentes y futuras,

dejándote entero y pleno derecho

de disponer de mí

y de todo cuanto me pertenece,

sin excepción,

según tu agrado,

para mayor gloria de Dios

en el tiempo y la eternidad.-

 

Salmo 150- María, Reina de la Paz, ruega por nosotros y por el mundo (3 veces).-


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